viernes, 23 de noviembre de 2012

Restaurando el altar de Dios





El Antiguo Testamento narra que en tiempos del profeta Elías, el altar de Dios estaba derribado y arruinado (I Rey. 18.30). Le correspondió al profeta vivir en una época sumamente difícil, rodeado de idolatría, injusticia, división y olvido de la Palabra de Dios. No obstante, el testimonio de Elías es un claro ejemplo de fidelidad a Dios y de amor por su Palabra.
Actualmente los cristianos, aunque nos reunimos en templos, no edificamos altares físicos, pues Dios no habita en templos hechos por manos humanas, sino en el corazón de quienes le confiesan. No obstante, podemos hablar de la necesidad de "restaurar el altar de Dios", en el sentido de otorgar al Señor el lugar que se merece en nuestras vidas, de tal manera que nuestras mismas vidas se conviertan en ofrenda a Él. Del mismo modo, restaurar el altar tiene que ver hoy, entre otras cosas, con la obediencia a la Palabra de Dios, pues "ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios" (I Sam. 15.22).
El presente es un estudio acerca de algunas acciones vinculadas con la restauración del altar de Dios. Su aplicación, tomando como ejemplo el pueblo de Israel, se dirige tanto al plano individual, como familiar y congregacional. Esperamos, por medio de este aporte bíblico, ser de edificación para sus vidas.

Restaurando el altar de Dios (para ver la enseñanza, haga click aquí)